- Ni un inoportuno pinchazo a tres kilómetros de la Torre Eiffel frenó al astro belga convertido en una de las estrellas de los Juegos Olímpicos.
El chico mágico de Bélgica ya es tan y tan querido en su país que hasta se ha ganado el amor eterno de Wout van Aert, que parecía un enemigo irreconciliable y que en #París2024 se convirtió en su fiel escudero.
Dos carreras ciclistas se han disputado en los Juegos y las dos las ha ganado Evenepoel, con clase, con potencia y con estilo.
Ni Eddy Merckx, en sus años de gloria, hizo una proeza de tal calibre. No pasó de la 12ª posición, en 1964, con 19 años.
Remmco Evenepoel ganó en los Juegos como lo había hecho en el Mundial de 2022.
O en sus dos triunfos en la Lieja-Bastoña-Lieja. O en tantas otras carreras con menos pedigrí. Atacó desde lejos, como se había hecho en la época divina de este deporte.
O como hacen Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, ambos ausentes de los Juegos. Sin ellos, las carreras olímpicas se convirtieron en una autopista para el astro flamenco, con 24 años, digno sucesor en Bélgica del mito Eddy Merckx.
A 40 kilómetros para la meta se fue hacia la medalla de oro. Lo hizo sin mirar atrás. Atacó a conciencia, sin miedo, después de que Mathieu van der Poelabrió la caja de los truenos en la primera de las tres subidas a Montmartre, donde no cabía un alma.
Van der Poel atacó, pero Van Aert, convertido en el ángel de la guarda de RemmcoEvenepoel, fue a por él y lo neutralizó para marcar el camino del ataque demoledor del astro de todos los belgas.
Casi tuvo medio kilómetro para celebrar la victoria, para levantar la bici en la misma línea de meta y para colgarse el segundo oro después de ganar la contrarreloj olímpica.
Los españoles, discretos: Álex Aranburu (18º), Juan Ayuso (22º) y Oier Lazkano (35º) (López-Egea).