MALFORMACIÓN DEL FRENILLO LINGUAL EN EL LACTANTE

  • Para revertir esta problemática que puede afectar a los recién nacidos, sería fundamental la detección temprana y un trabajo interdisciplinario con especialistas para llevar a cabo un tratamiento a tiempo y efectivo.

 

Son variadas las dificultades a las que se pueden enfrentar los menores de un año.

Una de ellas es el frenillo lingual alterado, malformación que puede afectar la lactancia pero que con un tratamiento apropiado es posible revertir.

“El frenillo de la lengua es una tela que se encuentra en la base de esta, que va desde la cara dental de la lengua hasta el piso de la boca, que permite que tenga movilidad y que pueda realizar su función. Cuando tenemos un lactante que tiene un frenillo lingual alterado significa que este está restringiendo los movimientos de la lengua para realizar las funciones orofaciales que el lactante necesita efectuar, por ejemplo la succión para alimentarse de manera adecuada”, comentó Glenda Skiner,  fonoaudióloga y académica de la Universidad de Talca.

En este sentido, existen algunas alertas que los padres o cuidadores de los lactantes pueden identificar y servirán para un tratamiento efectivo.

“Es recomendable solicitar una evaluación más completa por parte de un fonoaudiólogo si tiene un bebé que realiza ruidos al momento de ser amamantado, que realiza chasquidos con la lengua, que no logra acoplarse al pecho de la madre, que constantemente rompe el acople, que realiza tomas de leche muy largas o muy seguidas, muy frecuentes. Un bebé que a pesar de tener una lactancia materna a libre demanda no sube de peso de forma adecuada, o se presenta una lactancia con dolor. Esos podrían ser aspectos que a los padres los harían sospechar de que algo no está bien”, expuso la especialista.

En el caso de presentar algunas de estas señales “sería sumamente adecuado que lo conversaran con un pediatra para que deriven a una evaluación orofacial más completa o que buscarán un fonoaudiólogo para realizar una evaluación orofacial”, agregó.

A través de un trabajo en equipo desde las especialidades que pueden tratar el frenillo lingual alterado, se pueden lograr variados avances y mejoras.

“Es sumamente importante la colaboración entre el pediatra, el fonoaudiólogo y el odontopediatra como equipo de trabajo, porque el pediatra es el derivador, quién realiza la evaluación completa del niño en un inicio mes a mes. Entonces él es quién podría pesquisar cualquier dificultad que haya o alteración en la lengua y la lactancia  y luego realizar una derivación a un fonoaudiólogo especial en motricidad orofacial”, afirmó.

Sobre este aspecto, agregó que “este último profesional es quién realiza la evaluación más completa que incluye la succión, la deglución, la respiración y la lactancia en general. Y si el fonoaudiólogo determina que hay una alteración en el frenillo de la lengua, que afecta las funciones de la lengua entonces se deriva para la cirugía”.

En tanto,  María José Calaf, cirujano dentista y también académica de la Utal, especialista en odontopediatría, comentó que “el trabajo multidisciplinario es extremadamente importante, ya que la fonoaudióloga hace la evaluación del paciente aplicando el test de la lengüita y la posterior derivación oportuna del paciente y si se realiza la cirugía luego hace la asesoría para ayudar a la madre a hacer un acompañamiento en la lactancia la cual es clave post cirugía del lactante. La o el odontopediatra es también muy importante, ya que es quien realiza la cirugía, además es muy importante la capacitación en técnicas quirúrgicas en lactantes lo que permite hacer una cirugía segura para ese paciente y lograr una lactancia materna eficiente”.

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *