Por: Dr. Jaime Vásquez Gómez, académico.
Facultad de Ciencias de la Educación e investigador de la Universidad Católica del Maule.
Nuestra capacidad cardiorrespiratoria consiste en captar y transportar el oxígeno para llevarlo a la musculatura que está realizando el ejercicio físico.
Para cumplir con lo anterior nuestros pulmones ayudan en el proceso de distribución del oxígeno en el organismo.
El oxígeno llega a los pulmones desde el exterior hacia las células denominadas alveolos en donde traspasa la membrana respiratoria para saturar a la hemoglobina, luego esta sangre oxigenada va hacia el corazón.
El corazón es el encargado de eyectar sangre con oxígeno hacia los diferentes tejidos, pero no solo los músculos que están en la periferia lo necesitan, sino que también las células del corazón se deben “nutrir” con este gas.
El corazón tiene células llamadas cardiomiocitos con funciones contráctiles en las que se encuentran una gran cantidad de mitocondrias que se encargan de la respiración, por tanto, el corazón también está “respirando”.
Un estudio realizado por investigadores estadounidenses que fue publicado en el European Journal of Preventive Cardiology en el año 2022 demostró que las personas con una mejor capacidad cardiorrespiratoria tuvieron significativamente menor riesgo mortalidad por causas cardiovasculares en comparación con personas de baja capacidad, tanto en hombres como en mujeres, después de casi 15 años de seguimiento.
Los autores enfatizaron la necesidad de evaluar la capacidad cardiorrespiratoria en la población ya que esta tiene gran implicancia en términos de salud pública.
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