Por: Alexis Castillo Bruna.
Dr. en Ciencias Aplicadas mención sistemas marinos costeros e investigador del Centro de Investigación en Estudios Avanzados (CIEAM) de la Universidad Católica del Maule.
El 27 de septiembre recién pasado, en la ciudad de Talca se realizó el lanzamiento del proyecto “Fortalecimiento de capacidades regionales y locales para la implementación de la Ley Marco de Cambio Climático”, cuyo objetivo es apoyar la implementación del Plan Regional de Cambio Climático (PARCC) en la Región del Maule. El PARCC, que será implementado en todas las regiones del país, es el principal instrumento de política nacional para la adaptación y mitigación del cambio climático y busca fortalecer la capacidad de Chile para la implementación regional y local de la Ley Marco de Cambio Climático (LMCC).
Esta iniciativa es financiada por el Fondo Verde para el Clima, ejecutado por el Ministerio del Medio Ambiente (a través de las SEREMI de Medio Ambiente) y cuenta con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
A nivel regional, el PARCC busca fortalecer las capacidades técnicas del Gobierno Regional y municipios para contar con “acción climática pertinente desde y para el territorio”.
En la actividad de lanzamiento y realización del taller denominado “Acción, territorio y clima: Empoderando comunas y regiones”, reunió a una serie de actores regionales, tales como representantes de las reparticiones públicas y de los municipios, representantes de la academia y de los sectores productivos regionales (pesca, forestal, agronómico, etc), organizaciones No gubernamentales, y miembros de la sociedad civil.
Aunque el proyecto y la implementación del PARCC posee un fuerte componente educativo para que todos los ciudadanos adquieran el conocimiento y las herramientas para adaptarse al Cambio Climático, todavía existen ciertas brechas que debemos cubrir “como sociedad” antes de pensar en una estrategia que nos permita convivir con esto que denominamos “Cambio Climático”.
Un punto que debemos definir es que este evento climático que estamos viviendo hoy se denomina, o mejor dicho, los especialistas lo han denominado “Período Cálido Actual”.
Existe cierto consenso de que este periodo cálido actual se instaló en el Planeta desde ~1900 a la fecha, gatillado principalmente por la revolución industrial. En la historia geológica de nuestro planeta, una serie de eventos cálidos y fríos han ocurrido, ocurren y seguirán ocurriendo. Durante el último milenio, eventos climáticos cálidos, tales como la Anomalía Climática Medieval (entre los años ~900 – 1350 DC) y fríos como la Pequeña Edad de Hielo (desde ~1500 a 1850 DC) han modulado el quehacer de la civilización y la naturaleza. La única diferencia de estos eventos climáticos cálidos con respecto al actual “Período Cálido” es que el Hombre (como especie) ha logrado modificar (desafortunadamente) los patrones de variabilidad natural del sistema climático.
Más que declarar la lucha contra el cambio climático debemos reforzar la necesidad de adaptarse como individuos y como sociedad, toda vez que nuestra conducta como individuo o como sociedad, claramente contribuye positiva o negativamente en el sistema climático.
En este sentido, no basta con utilizar la bicicleta como medio de transporte o utilizar paneles solares para reducir nuestro consumo eléctrico que depende de la generación de centrales termoeléctricas, aunque estas acciones y otras pueden contribuir de manera mínima a reducir la presión ejercida sobre el sistema climático global.
Como sociedad, debemos entender que es necesario cambiar nuestra lógica de consumo en su más amplio sentido que ha sido gatillado por un mercantilismo exacerbado de los recursos naturales y cambiar también nuestra visión antropocentrista que como especie podemos controlar al planeta.
Lo destacable de esta iniciativa es que, a nivel nacional, el Estado, se está haciendo cargo de empoderar a la comunidad, educándola y capacitándola, especialmente en la forma de como sociedad debemos convivir y adaptarnos a habitar un planeta cambiante, considerando las realidades locales y particulares de los territorios, dónde el éxito de nuestra adaptación claramente va a depender exclusivamente del altruismo que el sector económico-productivo, político y social está dispuesto a adquirir. “Esta acción es más que una cuestión de voluntad, es sentido común¨.