- Héctor Quintana del Team Performance Soluto ganó la última etapa de la XVII Vuelta Ciclista Maule-centro 2024 y se proclamó ¡Campeón individual! “esto es del equipo”, declaró el mejor corredor de esta clásica del calendario anual.
El sol brilló desde muy temprano en la ciudad.
Ya quedaban 130 de los 200 corredores que iniciaron la exigente prueba rutera de 422 kilómetros organizada por la distinguida familia Valenzuela en homenaje póstumo a César Charly Valenzuela.
La plaza de la Villa Bicentenario-sector nor oriente de Talca-, se fue llenando de a poco y despertando a los vecinos para que se sumasen a la gran fiesta del ciclismo de verano en la Provincia de Talca.
A los argentinos que llegaron desde Mendoza se les veía felices y esperando disfrutar de una refrescante cerveza para capear las altas temperaturas, aunque no se podía temprano por motivos obvios.
Como es habitual, los organizadores hicieron entrega de las casaquillas distintivas a los líderes de metas volantes y montaña, júnior, máster A, máster B, el ganador de la etapa anterior que se corrió en Pencahue, Cristóbal Ramírez del Team Klassik Car Shimano, al ciclista más combativo que resultó ser Sebastián Luna del Team Julián Burgos Guerra y al líder de la clasificación individual, Héctor “el rayo” Quintana, a quien se le vio muy concentrado en terminar la carrera como campeón.
La largada fue neutralizada hasta el sector San Miguel por la ruta CH-115 El Pehuenche, en donde comenzó la competencia de 118,1 kilómetros destino a Altos de Vilches, muy cerca del cielo y las estrellas y de aquellas historias de la ufología que cuentan los lugareños hace varios años.
El pelotón circuló rápido. Lo hizo a una velocidad-promedio de unos 35 km/h para tomar la carretera internacional que conduce a Argentina, pasando por pequeños villorrios y caseríos, algunos que merodean el imponente Lago Colbún.
Se observó el movimiento turístico con un par de camionetas remolcando las lanchas que no se ven en la zona urbana y una zona de pesca donde hay que tener mucha paciencia para que piquen.
Había que llegar hasta el sector Paso Nevado.
A escasos metros, se escuchó un llamado de accidente, así que los vehículos de apoyo tuvieron que estacionarse a la derecha de la vía para permitir el paso de las ambulancias para atender a los caídos.
Mientras tanto, se giró en sentido contrario y apareció la caravana de ciclistas embalando de regreso por el mismo camino hasta Bramadero.
Primero fueron 4 escapados y después 3 compactos grupos, más al final los de menos fuerzas para seguir, pero pedaleaban con orgullo.
Ya en el cruce, se giró por el camino a Vilches indicado por un gran letrero caminero y un par de advertencias de cuidar la naturaleza.
Se comenzó a circular por un camino en impecables condiciones, obra que data de la gobernanza del recordado alcalde de San Clemente, Juan Rojas a quien se le divisó junto a su familia en una de las orillas, saludando entusiastamente el acontecimiento deportivo.
Ya se había pasado frente a la JOC, la antigua cancha de Las Violetas… un poco más allá se divisan las cristalinas aguas de los riachuelos a los cuales ahora se puede acceder pidiendo un permiso notarial a los dueños de la tierra, el famoso 007, el camping oscurecido por árboles centenarios, el cruce del cementerio, emergían las enigmáticas historias de un Tue Tue que solía mostrarse de noche, El Sifón, Las Lajas, la zona de nueces y hasta enlazar con la parte de la ascensión, próximo a las cabañas del Servicio de Salud del Maule y Refugio Vilches del Rotary Club.
Era Vilches Altos, en donde el agua es más fría y aumenta la frondosa vegetación protegida por la Agrupación Vilches, corazón verde, así es que hubo que detenerse unos minutos para admirar el encomiable esfuerzo de los corredores por continuar.
Gente al paso les apoyaban lanzando agua a sus espaldas, mientras las banderas chilenas y los aplausos les alentaban, cuandos se lograba oír a las aves cantar, signo que nos acercábamos a la Reserva Nacional Altos del Lircay, en donde habita el Loro Tricahue con todo su señorío y nobleza y un poco más al interior, el puma y el gato colocolo, amenazados desde arriba por águilas y cóndores de dos nacionalidades.
Para los corredores era subir y subir, cuando… alguien gritó “¡dale, quedan 200 metros!”
Parecía no cierto, pero de repente se ve un escenario en medio de la ruta, signo que esa era la meta y la voz autorizada del gran presentador Daniel Núñez, anunciaba la buena nueva en medio de las fotografías que captaba el entusiasta Marcelo Garay que viajó desde Santiago para sumarse a la causa.
Y el primero en cruzarla, fue “el rayo”.
No podía ser otro.
Héctor “el rayo” Quintana otra vez, como en el sector de la antigua Mina El Chivato, cuando se adjudicó en legítima propiedad la II etapa.
Ganó la última prueba-madre de la vuelta y se coronó así ¡Campeón! de la versión XVII ante el reconocimiento generalizado de los 37 equipos que se sumaron a esta aventura que se ha convertido en toda una clásica del ciclismo chileno con pantalones de internacional.
Merecidísimo “súper contento. Terminamos bien la carrera. La verdad es que cuando el equipo trabaja desde la partida que ganamos la crono, el resto de los resultados es esto. Es del equipo y no solo de mi. Ahora viene la Copa Chile en Chillán en donde soy local, así que feliz”, dijo con su habitual mesura y sencillez a www.vitrinadeportiva.cl
En la premiación le acompañaron Cristián Arriagada, curicano del Team La Higuera (5°), Édison Bravo de Patagonia Austral de Puerto Montt (4°), Cristóbal Ramírez de Klassik Car Shimano (3°) y Cristóbal Mena de Klassik Car Shimano (2°).
El sol pegaba fuerte a esa hora, así que un buen champagne que descorcharon los ganadores, aplacó-en parte- la primera sed y distinguió el abnegado esfuerzo rutero.
¡Felicitaciones!
Por: Mauricio Valdés De la Fuente, periodista www.vitrinadeportiva.cl
Gráficas: Pool www.vitrinadeportiva.cl