- La Corporación Desavida formuló un llamado a los dirigentes de las instituciones beneficiarias a no dejarlos guardados los desfibriladores y presentarlos cada vez que les toque jugar.
La muerte que sufrió el domingo pasado Agustín Acevedo González de solo 15 años del Club Deportivo Pangue Abajo mientras se jugaba un partido de fútbol, cuya exigencia física le provocó un paro cardiorrespiratorio y posterior deceso, deja de evidencia que si en el lugar hubiese estado una persona a cargo de un DEA, le pudo haber salvado la vida.
De acuerdo a lo informado por la Corporación Desavida, impulsora del proyecto “Maule Cardioprotegido”, las instituciones que recibieron este elemento como donación, lo deben ocupar sí o sí.
Es decir, cada vez que sus diferentes series jueguen en las competencias locales, el desfibrilador debe estar disponible para cualquier requerimiento, a cargo de la o las personas que fueron capacitadas por profesionales de la Universidad Santo Tomás.
Se indicó que en Talca, de los 17 clubes afiliados a la Asociación Villa San Agustín, solo Unión Independencia no envió representante a estas capacitaciones, por lo tanto se quedó sin su DEA
Esto por cuanto en el proyecto se exige participar en la capacitación y, de hecho, quienes lo hicieron fueron debidamente certificados.
“Los DEA deben estar en todas las canchas. No se saca nada con dejarlos guardados el día que se juegue. Eso no sirve. Lo ocurrido en Pangue Abajo es muy lamentable. Es un niño que perdió la vida. No había desfibrilador ese día en la cancha, pese a que a ese club se lo entregamos. En los próximos días, les pediremos a los clubes que ya los tienen, que los vayan a dejar a la sede de la Asociación para calibrarlos y lo sigan utilizando. Hay que actuar desde la prevención”, recalcó el Coordinador Mauricio Torres Inostroza.
Las próximas entregas de DEA se harán el viernes 13 de octubre a los clubes de CANADELA, Asociación de Fútbol Amateur de Talca y Liga Deportiva Urbana ANDABA.
Gráficas: Pool www.vitrinadeportiva.cl