Por: Nadia Ramos Alvarado.
Psicóloga y Académica de la Universidad de Talca.
No hay duda que, además de la salud física de las personas, la salud mental de la población se puso a prueba con la pandemia de Coronavirus que aún no finaliza.
Hay que afrontar los meses que vienen en materia de salud mental, considerando que “los efectos durarán por un tiempo”.
Ante cualquier proceso que nos toca vivir y que implica cambios en las rutinas de las personas, el organismo genera una adaptación que suele demorarse entre 3 a 6 meses dependiendo de cada individuo, sus realidades y contextos.
En el caso de la pandemia no solo hemos debido adaptarnos a convivir con la enfermedad y tomar las medidas sanitarias, sino que también a adecuarnos a los distintos planes definidos por la autoridad.
Cada uno de ellos implica un nuevo ajuste, por lo que hay que tener paciencia.
Nos iremos adaptando a este escenario, pero necesitamos tiempo.
Como efecto de la pandemia está también la situación económica, que debe ser considerada especialmente y que infringe un daño psicológico.
EL TEMOR ES NORMAL
En relación al posible temor que aún tienen algunas personas a contagiarse y que les puede generar problemas en su diario vivir, esta emoción es normal y se presenta cuando nuestro organismo reacciona frente a situaciones que considera como una amenaza.
Tenemos que aprender a convivir con esto, sobre todo porque dada la gran cantidad de información que tenemos sobre el Covid-19 y los fallecimientos, es lógico que las personas sientan mucho temor y ansiedad ante la posible exposición y contagio.
Para hacer frente al temor que produce un posible contagio, se deben tomar las precauciones necesarias para disminuir la exposición al virus, como son el uso de la mascarilla, el conservar la distancia física o respetar los aforos de los lugares.
En la medida que somos responsables con nuestro cuidado y las personas que nos rodean, podemos irnos acostumbrando a esta nueva situación y por tanto tener mejores herramientas para hacerle frente.