RUIDOS DE SABLES EN LA ANFP

  • La molestia por la conducta reverencial ante el gobierno, la inacción de Pablo Milad, las vacancias en cargos claves, la pérdida de reputación y el poder acumulado por la dupla Yunge-Valdés están construyendo una tibia oposición al directorio, que podría explotar después del Mundial Sub 20, aunque nadie descarta un ejercicio de enlace tras la eliminación del Mundial.

 

Por:  Hugo Marcone.

Prime en Cancha.

 

Cada vez hay menos funcionarios en la ANFP. No porque los hayan echado, sino que porque se han ido. Algunos molestos por la gestión, otros arrancando del ambiente. La atmósfera se espesó hace varios meses, más de un año y medio quizás. Desde que la mesa directiva se convenció que Pablo Milad Abusleme desafina cuando habla y que le gusta el cargo pero que no sabe habitarlo, algunos de sus integrantes empezaron a urdir la estrategia para dejarlo que se quemara solito.

Es cierto que el plan de sus compañeros de mesa tiene una alta cuota de cobardía y deslealtad, porque como no hablan nunca, no se exponen y dejan que ‘Pablito’ se hunda solo, no es posible hacer un juicio crítico de cuán idóneos son con la guitarra en la mano y qué tan hábiles son con la retórica. Partiendo por Jorge Yunge Williams, el secretario general de la ANFP.

La ‘corporación’, como les gusta decir a algunos letrados en Quilín, vive entre una aparente acefalía y la permanente incertidumbre. La sede es como ‘un estado gaseoso’, aseguran varios ilustres que van y vienen por los pasillos de la ANFP y la Federación. Ninguno, además, quiere declarar en ‘on’ porque saben que las consecuencias son inmediatas y que pueden perjudicar a los clubes que representan o a las funciones que desempeñan.

No le temen a Milad que es más bonachón, le agrada conciliar, evade el conflicto y tiene una actitud más perdonadora. Es a Yunge al que apuntan. Es él quien toma las armas, se irrita y empieza a buscar delatores por todos los rincones. Aunque el que ejecuta las directrices del vicepresidente es otro que, por organigrama, debiera controlarlas: Miguel Ángel Valdés Jofré, el oficial de cumplimiento. El compliance de la ANFP, que llegó bajo la gestión de Arturo Salah, ha adquirido un poder administrativo y financiero desmedido dentro de la organización, subrayan los habitúes, pese a que su rol de contralor-fiscalizador lo sigue ejerciendo.

 

Nada que celebrar con la Federación

 

Súmele, agregan desde Quilín, que se viene el aniversario 130 de la Federación de Fútbol -fundada el 19 de junio de 1895- y que no hay presupuesto ni para un café con un Barros Jarpa. Ojalá nadie se acuerde que es la segunda Federación más antigua del  continente, después de la Argentina (que tiene solo dos años más), porque no hay nada que celebrar.

Además, sostiene otro analista de paso, cualquier festejo va a obligar “al jefe” a referirse a la separación con la ANFP que se legisla en la reforma que estudia la comisión del Senado, asunto que a Yunge et al les da más urticaria que cuando escuchan sus apellidos en programas deportivos de radio. Y no porque no sepan que tarde o temprano la ANFP y la Federación van a tener que dividirse, sino porque lo entienden como la última plataforma de poder que quiere ‘Pablito’ para seguir recibiendo el estipendio de 40 mil dólares mensuales de la Conmebol. Y ese tesoro por supuesto que le gustaría heredarlo a Yunge. Bueno, a cualquiera que pulule por Quilín.

Gráficas:  referenciales.

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