Por: Guillermo Jofré Pavez.
Profesor de Educación Física.
Periodista registro N° 792 del Círculo de Periodistas Deportivos de Chile.
No hay alegría mas grande para un deportista, un profesional o de una persona común y corriente, tal como nosotros, de representar al país ante un evento de carácter internacional o mundial.
Quienes han vivido esa experiencia sabrán de lo que escribo.
Uno no puede sentirse más orgulloso y con el “pecho inflado” de saber que es el que lleva la representación del país del cual es originario, de la tierra que lo vio nacer, de donde provienen sus raíces y de seguro, quién sabe, donde quedarán sus cenizas cuando el supremo hacedor lo llame a su reino.
Y me pongo en la situación que vive hoy el voleibolista linarense Marco Grimalt, quién fue ratificado por las autoridades del Comité Olímpico de Chile para tener el honor de ser el abanderado de la delegación chilena que concurre a los Juegos Olímpicos de Tokio, a desarrollarse entre el 23 de julio y el 8 de agosto del presente año.
Una tremenda noticia que llena de orgullo a los habitantes de su ciudad natal, Linares, de la cual ya es “hijo ilustre”, sino que también a todos los que pertenecemos a la séptima Región del Maule, y por si fuera poco, también es muy importante para el país y sus colegas deportistas olímpicos.
Este logro, no llega de la noche a la mañana, por que no se puede aspirar a tal honor, si no se tiene una trayectoria ejemplar, reconocida en el ámbito nacional e internacional, o no se reúne las características que las autoridades correspondientes exigen.
Por lo tanto, no es algo sencillo, ya que, para ser nombrado abanderado de Chile, Marco Grimalt debió primero que todo, recorrer, prácticamente, el mundo entero participando y compitiendo en eventos de alto nivel, enfrentando rivales de toda envergadura y complejidades.
De tal manera, que así poder alcanzar el puntaje suficiente para clasificar a los Juegos Olímpicos, recorriendo circuitos de Países Bajos, Francia, México y otros lugares, que finalmente les permitieron, con su primo Esteban Grimalt, obtener el ranking mundial necesario para llegar a esta cita planetaria deportiva.
Marco Grimalt, campeón panamericano de vóleibol playa año 2019, entonces, tendrá el alto honor de portar el pabellón patrio y encabezar la delegación chilena en la ceremonia inaugural de la cita olímpica junto a Francisca Crovetto, tiradora en modalidad skeet, recientemente elegida como la mejor deportista chilena del año 2019.
Este solo hecho, significa un gran reconocimiento a la trayectoria del joven linarense, que, en más de 20 años dedicados al deporte, no solo es un ejemplo para la ciudadanía y para sus pares deportistas, sino que es una persona a la cual debemos, dentro de lo posible, imitar en su accionar y forma de vida.
El mismo señaló sentir un tremendo orgullo por la designación, es un gran honor ser el abanderado de Chile en este mega evento deportivo tan importante.
Somos, agregó, deportistas incansables de perseguir nuestros sueños y nuestras pasiones.
Un reconocimiento también al gran trabajo que hemos hecho durante mucho tiempo, casi 20 años.
Lo dedicó a mi familia, a todos los voleibolistas y en particular a Chile, dijo.
Creo, sinceramente, que representa en cierta medida lo que somos o a lo que aspiramos diariamente, cada cual, en su área de desarrollo, como chilenos, como familias o como personas, ser incansables luchadores, personas de bien, honorables, respetuosas, dedicadas y convencidas que trabajando arduamente se pueden lograr las metas y objetivos que nos trazamos en nuestras vidas.
Sin duda un ejemplo a seguir desde nuestras esferas de estudio, deporte o trabajo.