- El año pasado sacrificaron su picadero principal de entrenamientos para sembrar pasto y poder alimentar a los caballos. Cuarentena total en Curicó, ha empeorado la realización de sus actividades internas.
Unos veinte deportistas integran el Club Ecuestre Zapallar de Curicó, reconocido por la Federación chilena de la especialidad.
Benefactores de la institución apoyan con becas a varios de estos jinetes como una forma de continuar practicando este deporte de adiestramiento del caballo.
Sin embargo, ha sido un tiempo muy difícil para el Club Ecuestre Zapallar desde el estallido social, la posterior pandemia por Covid-19 y la cuarentena total en que se encuentra Curicó, que no les ha permitido continuar con sus actividades normales.
A principios de 2020, el deportista maulino Dagoberto Valdés ganó en todas las pruebas de adiestramiento, proclamándose campeón nacional en un Torneo organizado por la Federación chilena y el Club Deportivo Hasparren, en Paine.
Luego todo cambiaría, explicó el Presidente del Club Ecuestre Zapallar de Curicó, Orlando Saavedra “la pandemia nos sorprendió en plenas actividades. Yo me encontraba en un curso de instructor paraecuestre en Santiago. También estábamos representando a nuestro club en un concurso paraecuestre que anteriormente se había suspendido por el estallido social”.
La situación actual sigue siendo compleja, precisó el directivo “mantener los caballos está cada día más difícil. Ahora estamos en cuarentena en la ciudad de Curicó y se hace imposible seguir con nuestras actividades deportivas y formativas que nos reportaban ingresos económicos. La mayoría de nuestros caballos se encuentran considerablemente con menos ejercicio, por lo que como todo deportista, se ve reflejado en pérdida de musculatura y una baja en su rendimiento y condición física en general”.
Reveló Orlando Saavedra, Presidente del Club Ecuestre Zapallar de Curicó, que por las circunstancias actuales, tuvieron que destruir el picadero para transformarlo en una zona de sembradío para la alimentación de los caballos “nos ha afectado a tal nivel, que tuvimos que sacrificar nuestro picadero principal (lugar donde entrenábamos), sembrando pasto ganadero para ayudar a alimentar a nuestros caballos que por su condición de deportistas, deben tener acceso a buena calidad de pasto y suplementos alimenticios que han subido constantemente de precio debido a la sequía. Este es un deporte caro. Como Club Ecuestre Zapallar hacemos los mayores esfuerzos para hacerlo accesible a través de becas financiadas por nosotros mismos. El costo más alto es la mantención de nuestros equinos. Necesitan alimentación, abundante en cantidad y calidad, entrenamiento constante, revisiones y tratamientos veterinarios, herraje periódico, entre otras cosas propias del cuidado de un ser vivo”.
Los entrenamientos de los deportistas del club se han reducido al mínimo, tanto por los imponderables generados por la pandemia y la cuarentena total dictada para Curicó..
Se suma la suspensión de las instancias de financiamiento para esta actividad que otorga muchos beneficios en materia de salud a las personas con algún grado de discapacidad que la practican.